Cáritas con Mozambique
El conflicto armado continúa provocando miles de desplazados. Un millón de personas necesitan ayuda humanitaria.
Emergencia en Mozambique
Cabo Delgado es una provincia situada al norte del país. Su población es de 2,5 millones de habitantes y hay más de 1 millón de personas desplazadas, todas con una precaria situación socioeconómica, que sufren las consecuencias del conflicto armado activo desde hace 6 años.
En la actualidad los ataques continúan expandiéndose de norte a sur de la región e incluso llegan a otras provincias.
La situación ahora
Al menos 2 millones de personas en el norte de Mozambique necesitan asistencia humanitaria para sobrevivir a los efectos del conflicto armado, la violencia y la inseguridad.
Más de la mitad de la población de Mozambique vive bajo el umbral de pobreza y con una situación de inseguridad alimentaria crónica grave.
En Cabo Delgado la población es mayoritariamente rural. Sus medios de producción están sometidos a fenómenos climáticos, lo que les hace muy vulnerables. A ello se suman los desplazamientos por la violencia.
De los 2,5 millones de personas que habitan la región, más de 1 millón ha abandonado su hogar. El conflicto armado no solo ha provocado este masivo desplazamiento, sino que ha dejado atrás un gran número de víctimas. Muchas personas han sido secuestradas por los terroristas, sobre todo niñas y jóvenes que son objeto de abusos y obligan a formar parte de las filas militares insurgentes.
Las familias desplazadas dependen de la acción humanitaria. Sin embargo, las ayudas cada vez cubren menos necesidades y las posibilidades de retornar siguen reduciéndose por los incesantes ataques. Muchas intentan rehacer sus vidas en campos de reasentamiento o acogidas por familias locales que, tras un tiempo, también sufren el agotamiento de sus recursos y además quedan fuera de las ayudas internacionales pues no son familias desplazadas. El resultado es un deterioro del ambiente social y de las relaciones entre las comunidades de acogida y las desplazadas.
Necesidades de la población
La llegada de población desplazada ha supuesto para muchos lugares de acogida, duplicar o incluso triplicar su población en muy poco tiempo, con la consiguiente tensión sobre los recursos disponibles.
Por un lado, las infraestructuras existentes (pozos de agua, centros de salud, escuelas…) con un deficitario funcionamiento inicial, ahora han dejado de funcionar o son claramente insuficientes. Por otro lado, se están creando centros de reasentamiento en tierras de cultivo de la población local, que ahora les implica desplazarse para trabajar terrenos más alejados. A todo ello se añade que en ocasiones llegan ayudas de alimentos o materiales de construcción destinadas solo a la población desplazada, cuando la necesidad de ayuda es igualmente necesaria entre la población local.
Todo ello está creando una fuerte tensión social que Cáritas trata de paliar en la medida de sus posibilidades pero que solo puede solventarse con medidas estructurales y con la intervención del Estado, que no reconoce esta situación y a penas dedica medios.
Poco a poco son cada vez más los centros de reasentamiento que se levantan a lo largo y ancho de la provincia. Caritas brinda asistencia en muchos de ellos mediante el apoyo a la construcción de casas para reducir el hacinamiento en las familias de acogida y generar mejores condiciones de vida a desplazados que, de otra forma, viven bajo precarias lonas en los campamentos de primera acogida. Y sin que esta labor finalice, es el momento de focalizar nuestros esfuerzos para que esas familias cuenten con sus propios medios de vida y consigamos mantener un apoyo psicosocial que está siendo tan necesario, reconocido y valorado por los propios desplazados.
Objetivos
Y retos de nuestra acción ante la compleja situación de conflicto, inseguridad y pobreza.
Apoyo para la construcción de casas y acceso a bienes de primera necesidad.
Facilitar la creación de pequeños huertos para asegurar la subsistencia.
Brindar apoyo psicosocial basado en la escucha y el diálogo.
Nuestra acción
Apoyamos la labor de Caritas Diocesana de Pemba y de la Diócesis de Cabo Delgado desde hace más de cinco años para dar respuesta a las necesidades de las personas desplazadas.
La ayuda humanitaria ofrecida en este tiempo ha sido:
- Entrega de artículos de primera necesidad.
- Apoyo para la construcción de viviendas.
- Coordinación con las entidades públicas y privadas.
- Facilitar el acceso a lugares olvidados y desconocidos para organismos internacionales que de otro modo no habrían llevado su ayuda hasta allí.
- Traslados de familias desplazadas.
- Entrega de lonas para refugios temporales.
- Apoyo psicológico.
Al sur de la capital, en el distrito de Mecufi, hemos apoyado la creación del reasentamiento de Natuco con 200 casas y letrinas en colaboración con Cáritas Portuguesa.
A pesar de todos los esfuerzos las familias siguen dependiendo de la ayuda externa, que cada vez es menor y podría verse afectada gravemente por la guerra en Ucrania dada la dependencia que los países de África subsahariana y el Programa Mundial de Alimentos tienen respecto a los cereales ucranianos.