Por el derecho a una vivienda digna y adecuada. Caminemos juntos.
Cáritas Diocesana de Valladolid defiende el derecho a una vivienda digna y adecuada. Caminemos juntos.
En el primer Plan estratégico de Caritas Diocesana de Valladolid aparece como uno de los objetivos a trabajar anualmente la visibilización de la vulneración de derechos en nuestra diócesis. Y sí, habéis adivinado bien, este curso vamos a poner nuestra mirada en la realidad de la vivienda, mejor dicho, la realidad de acceder a una vivienda digna y adecuada.
Actualmente nos encontramos en la primera fase: el VER. En ella todos los agentes de Cáritas Valladolid estamos reflexionando sobre esta realidad en los territorios. También estamos recogiendo como viven esta realidad las personas que acompañamos desde los distintos programas. Ya os iremos informando.
Por eso hoy queremos contaros lo importante que ha sido este año la celebración del día de las personas sin hogar (máxima expresión de la exclusión residencial) en la Caritas de Valladolid.
Esta historia comienza hace casi un año, cuando en la comisión de participación del Programa de Personas Sin Hogar se propuso la realización de un acto significativo, que llamase la atención de la sociedad vallisoletana sobre esta realidad.
Ya en el verano, cuando el programa acogió en sus instalaciones el campo de trabajo del voluntariado joven, pudieron intuir que algo gordo se estaba cociendo… cientos de “casitas” se estaban construyendo.
Tras el final del verano, una carrera contra reloj llevó a este grupo a solicitar la ayuda de otros recursos de Cáritas (gracias casas de acogida) para llegar a la meta: Tener 1.300 casitas decoradas y listas para la noche del 21 de octubre de 2024.
Esa noche, por parejas, un grupo de participantes del proyecto junto con los agentes de Cáritas Diocesana de Valladolid (voluntarios y técnicos) se patearon el centro de la ciudad sembrando las calles y edificios de estos humildes pero simbólicos objetos.
La sorpresa e interés generado llevó a muchos vallisoletanos a escanear el código QR que acompañaba a las casitas y ver el video elaborado por el Programa de Personas Sin Hogar en el que dos personas exponían su anhelos y esperanzas para poder abandonar las calles. También agradecemos a todas las personas que nos enviaron fotos diciendo dónde habían encontrado una casita.
Un pequeño pero significativo gesto que esperamos que haya concienciado a la sociedad vallisoletana para VER que todavía hay personas que habitan y duermen en nuestras calles y MIRAR a estas personas de forma diferente.
Y hablando de casitas, el Programa de Personas Sin Hogar tiene una nueva casa. El Centro de día Lacort se ha trasladado a las instalaciones que nos ha cedido el Seminario Diocesano de Valladolid. Y es que las instalaciones anteriores ya estaban un tanto deterioradas y alejadas del espacio digno para un acompañamiento adecuado.
Por todo ello, con el objetivo de crear un gran hogar, un espacio seguro y digno donde las personas que se encuentran en alguna situación de vulneración social se sientan esperados, acogidos y acompañados, Cáritas Diocesana de Valladolid ha iniciado los trámites para la rehabilitación integral del edificio de la calle Jose María Lacort como nuevo Centro de Día para las sin hogar y como sede central de otros servicios de Cáritas Diocesana. Esta obra, además, contribuirá a mejorar y enriquecer el centro de la ciudad, haciéndolo más sostenible y amigable.
La celebración del día de las personas sin hogar, tras el esfuerzo realizado por la mudanza y la siembra de casitas, fue especial, pues nos convocarnos ante el altar. Así, poco después del mediodía, la comunidad se juntó en una eucaristía, celebrada por D. José Colinas, Delegado Episcopal de Cáritas, con la participación de los seminaristas de Valladolid, que además nos acogieron en su casa. En la celebración destacó la participación y emoción manifestada por estas personas sin hogar al verse reconocidas y protagonistas del acto.
El día acompañó la celebración, que continuó en los jardines con una comida para finalizar la jornada con una visita a las nuevas instalaciones.
Un precioso día en el que la comunidad ha sido la protagonista y la palabra que lo resume es ¡GRACIAS! Gracias a Dios, que hemos podido darle de tú a Tú, en la mesa de la eucaristía. Gracias por que las personas sin hogar sienten que está con ellos en cada punto de su camino. Y gracias también por poder compartir la otra mesa, la fraterna, la que alimenta el cuerpo y alegra el corazón.
Y ya para terminar queremos contaros una gran historia con final feliz, fruto del acompañamiento que los agentes del programa realizan, en este caso en el ámbito familiar.
El camino ha sido muy largo, pero finalmente, tras 20 años sin relación, el abrazo demuestra que ha merecido la pena. Tras lograr, no con poco esfuerzo, que uno de los participantes del programa lograra retomar el contacto con su hermana, el pasado domingo 10 de noviembre se formalizó el reencuentro.
Han sido meses de conocerse y reconocerse, de volver a generar un vínculo de confianza. Mucho trabajo y esfuerzo por ambas partes que se plasma en ese abrazo que quedará grabado en su memoria.
Un día muy emocionante para él y su hermana, que acompañados por un agente del Programa de Personas Sin Hogar de Cáritas Valladolid ha podido reencontrarse, 20 años después.
