Jóvenes con corazón
En Cáritas Diocesana de León, desde hace años, estamos promoviendo el voluntariado joven con diferentes iniciativas y, aunque a veces cuesta llegar a ellos, se llega.
En Cáritas Diocesana de León, desde hace años, estamos promoviendo el voluntariado joven con diferentes iniciativas y, aunque a veces cuesta llegar a ellos, se llega.
Existe una creencia generalizada de que los jóvenes de ahora no están comprometidos, pero ese recelo no tiene nada que ver con la realidad. Sólo hay que ver cómo ante la tragedia de la DANA en Valencia y Levante, desde que se emitieron las primeras alertas, jóvenes de toda la península no han dudado a interrumpir sus estudios y responsabilidades laborales para volcarse en la ayuda comunitaria. Las imágenes de chicos y chicas cubiertos de barro, removiendo escombros, repartiendo alimentos y ofreciendo apoyo a los más vulnerables, no solo resultaron conmovedoras, sino que demuestran que la apatía juvenil es, en realidad, un mito desmentido por la acción. Esta situación ha dejado entrever algo que quizás muchos no esperaban: la resistencia y determinación de una generación que ha sido injustamente etiquetada como frágil, la llamada “generación de cristal”. Esos días de adversidad han revelado su verdadero carácter, al organizarse y actuar con un compromiso y eficiencia que desarman cualquier prejuicio, demostrando que realmente hay esperanza en el futuro….porque el futuro son ellos.
Finalizamos un año 2024 que, para Cáritas Diocesana de León, ha sido muy especial por lograr abrir nuestro voluntariado a una juventud que es un motor de acción y cambio, con cuatro líneas de actuación dirigidas a que puedan aportar su granito de arena:
El programa Caminando Juntos que tiene como objetivo paliar la soledad no deseada en centros residenciales de tercera edad en la ciudad de León y que promueve el voluntariado intergeneracional, cuenta este curso con 165 chicos y chicas de edades comprendidas entre los 14 y 17 que ofrecen acompañamiento una hora a la semana a aquellas personas mayores que más lo necesitan….y no sólo acompañan sino que amplían sus horizontes a través del voluntariado descubriendo así en sus acciones nuevas oportunidades de hacer comunidad.
Las ludotecas también son un ámbito en el que los más jóvenes se involucran, apoyando a niños de primaria en sus deberes diarios, jugando con ellos y aportando energía, esa que a veces tanto nos falta a los adultos.
Desde hace 3 años participamos en un proyecto de cooperación internacional a nivel autonómico y a través de él nuestros jóvenes se han involucrado en hacernos entender de una forma cercana el concepto de fraternidad, no sólo viviendo la experiencia en el terreno sino transmitiendo a su vuelta todo lo aprendido de una manera cercana y con el corazón en la mano.
Y en último lugar, pero no por ello menos importante, desde hace un año estamos involucrando a los más jóvenes en el grupo de participación, creando vínculos importantes con los participantes de este programa desde la defensa de derechos humanos y a través de ese espacio de confianza dónde cada uno se ve reflejado en el otro y en sus ganas de cambiar el mundo.
Este verano vivimos, además, una experiencia única en la que los jóvenes que ya participaban en alguno de los programas anteriormente indicados se animaron a organizar un campus de verano para otros jóvenes…porque según ellos “Cáritas se tiene que conocer desde dentro…” La respuesta fue increíble: 16 nuevos jóvenes que se involucraron durante dos semanas en dar su mejor versión a la entidad, que descubrieron todo lo que Cáritas hace y en el que muchos de ellos encontraron un grupo de amigos con los que no sentirse juzgados. Gracias a este campus, el grupo motor de voluntarios jóvenes ya existente: “Jóvenes con corazón”, se vio reforzado. Y así, chicos y chicas de entre 16 a 30 años siguen reuniéndose una vez al mes para implicarse en proyectos de la entidad, para aportar nuevas visiones e ideas que mejoren la misión de Cáritas, para ser mirada y voz de sus iguales. Son ellos los que mueven los encuentros de los voluntarios más adultos, recordándonos a todos que la juventud se lleva en el corazón y no en la fecha de nacimiento.
La mayor parte de nuestros voluntarios son en su mayoría personas mayores. Es cierto que el cambio generacional no vendrá de los más jóvenes de manera inmediata, pero podemos asegurar que a través de las diferentes acciones que hemos realizado durante este 2024 que cerramos la semilla está plantada. Y así, si les seguimos mostrando el camino, en el futuro serán ellos quienes continúen fortaleciendo Cáritas día tras día y brindando esperanza. Esa esperanza que nos transmiten con cada sonrisa, en cada proyecto que proponen, en la energía rebosante que ofrecen, en el compromiso que demuestran capaz de cambiar el mundo, portadores privilegiados de esa ilusión que nunca se apaga. Siendo -en este recién inaugurado 2025 del jubileo- auténticos “peregrinos de la esperanza”.