Cáritas Autonómica de Castilla y León presenta su Memoria Regional 2020, un resumen del compromiso de todas las personas que conforman la entidad en un año de crisis que ha afectado con dureza a los más desfavorecidos. El trabajo de las once Cáritas Diocesanas (Astorga, Ávila, Burgos, Ciudad Rodrigo, León, Osma-Soria, Palencia, Salamanca, Segovia, Valladolid y Zamora) ha sido crucial para apoyar a 137.723 personas en la Comunidad durante el último año.
El 2020 ha supuesto un desafío para los voluntarios, 4.678 el pasado año, y los trabajadores de Cáritas en Castilla y León. Bajo el lema ‘Cáritas No Cierra’ se intentaron mitigar los efectos de una crisis global que puso de manifiesto la falta de un escudo social que proteja a los más vulnerables. Más de 70.000 personas (73.561) recibieron la atención de Cáritas en la Comunidad, que brindó un apoyo tanto material como emocional en una situación de extrema necesidad para muchos de ellos. Antonio Jesús Martín de Lera, Presidente de Cáritas Autonómica de Castilla y León, destaca el esfuerzo continuo de todas estas personas para “seguir abriendo caminos de esperanza para hacer nuestro presente más llevadero a partir de la dificultad, para continuar promoviendo el desarrollo integral de las personas y los pueblos, especialmente de los más pobres y excluidos.“
- Acogida y Asistencia para paliar el debilitamiento del sentido de comunidad
El programa de Acogida y Asistencia es fundamental en la actividad de Cáritas en Castilla y León. En 2020 se han destinado cerca de 6 millones de euros para atender a 35.435 personas, siendo el programa con mayor número de atendidos y beneficiados. Durante este último año, se han visto incrementados estos números con respecto a 2019 (33.326 atendidos), lo que pone en evidencia la necesidad de crear un sentido de comunidad, especialmente en situaciones complicadas como la actual. Cáritas trabaja por el acompañamiento a las personas, entendido como un modo de ser orientado a la promoción de la autonomía, la corresponsabilidad y la participación.
- Nuestros mayores, los más vulnerables a esta crisis
La pandemia hace que recordemos 2020 como un año donde nos sensibilizamos ante lo que supone para una sociedad perder una generación. La crisis sanitaria global afectó especialmente a nuestros mayores inoculando no sólo el virus letal en tantos casos, sino también el aislamiento, la soledad, el deterioro cognitivo y el miedo. Desde Cáritas somos conscientes de que a pesar de que los efectos de esta crisis han sido visibles por todos, las consecuencias de este tiempo aún no se han manifestado completamente. Por ello, apostamos por un cuidado constante de nuestros mayores, siendo el programa al que más inversión se destina (11.527.277,46€).
El trabajo de acompañamiento y cuidado durante la pandemia ha sido especialmente difícil en los 14 centros residenciales de Cáritas, que han sido los grandes afectados por este virus. A pesar de que hemos dejado atrás la etapa más dura para ellos, nos preocupa el camino que nos queda por recorrer. Es necesario un trabajo en red, entre administración pública y entidades privadas, para garantizar los cuidados, el amparo y la calidad de vida que nuestros mayores se merecen.
- La delicada situación laboral, un desafío por afrontar
La crisis sanitaria ha tenido una incidencia notable en las altas tasas de desempleo de nuestra sociedad. La paralización de la economía ha afectado especialmente a los sectores de actividad en los que se ocupan las personas más vulnerables (hostelería, turismo, trabajo doméstico, cuidado de mayores…) Según un informe elaborado por Cáritas España, el incremento del desempleo para las familias más vulnerables (acompañadas por Cáritas) ha sido ocho veces superior al incremento medio, y ha situado la tasa de paro en el 73%. A esta situación se han sumado los periodos prolongados en situación de ERTE para muchas personas, que han afectado a la estabilidad económica de muchos hogares.
Cáritas Castilla y León ha atendido a más de 13.000 personas en materia de empleo en el último año. A través de la orientación, la formación y la intermediación laboral se ha conseguido ayudar a los afectados por la precariedad en el trabajo, situación que se ha acentuado con la pandemia. Uno de los puntos más importantes para combatir esta situación laboral han sido las empresas de inserción que ofrecen oportunidades de empleo digno e incorporación al mercado laboral a muchas personas en situación de vulnerabilidad. Esperamos que todos nuestros esfuerzos sirvan para una recuperación económica rápida y eficaz que no conlleve una fatiga de la solidaridad.
Precisamente, en la última Conferencia Internacional de Trabajo el papa Francisco nos recordaba un mensaje que tiene que ver con el sector laboral y con todos los ámbitos: “La actual pandemia nos ha recordado que no hay diferencias ni fronteras entre los que sufren. Todos somos frágiles y, al mismo tiempo, todos de gran valor. Ojalá nos estremezca profundamente lo que está ocurriendo a nuestro alrededor. Ha llegado el momento de eliminar las desigualdades, de curar la injusticia que está minando la salud de toda la familia humana.” A la luz de la misericordia que debe caracterizar la acción socio caritativa, los datos de la actividad de todas las Cáritas Diocesanas de Castilla y León dejan entrever situaciones personales que van más allá de los números y ante las que es necesario ofrecer manos cargadas de esperanza. Añadir además, el más sincero agradecimiento a todos los que han hecho posible esta ayuda a las personas más vulnerables y necesitadas, ya fuera a través del trabajo, colaboración o aportación solidaria, imprescindible en la labor de Cáritas.